Ya sé. Ya sé. Hace calor. Estamos en plena
campaña electoral. La Eurocopa y la Copa América amenizan nuestro ocio y
algunos se pensarán que el Canguro se descuelga con un ladrillo académico.
Nada más lejos de la realidad.
Hace escasamente unos días, la policía
rescataba de las aguas de la playa de la Malva rosa en Valencia un ejemplar del
cisne negro. Un animal tan raro que, a menos de siete días de las elecciones
generales me da que pensar.
Llego unos años tarde al Cisne
negro
pero por algunas razones me veo en la obligación de hablar de esta obra. Puede que
sean estos tiempos cambiantes. Convulsos. Esperanzadores para algunos y
siniestros para otros. Tanto la economía como la política se nos antoja
caprichosa e imprevisible (aunque puede que algún ciudadano con algo de
perspectiva histórica piense que no estamos viviendo nada nuevo).
¿Es la ilusión por el cambio algo
realmente nuevo? No seré yo el que conteste esa pregunta pero es posible que la
realidad política, social y económica me hayan llevado a, con algo de retraso,
conocer a Taleb, un libanés afincado en Estados Unidos, que después de
dedicarse algunos años a especular decide que los economistas y otras
profesiones afines son todos una manga de charlatanes.
Me decidí a leer este libro por
una poderosa razón. Alguien que pone a parir a economistas y politólogos merece
todos mis respetos. Me gusta la gente que se enfrenta al establishment (aunque
me pregunto también si intentar provocar al establishment no es ya un poco
mainstream). Leyendo algunas críticas en Goodreads veo que este personaje
levanta muchas ampollas en determinados sectores y no me extraña ya que se mete
con todos.
En realidad, no dice nada nuevo.
Es la manera en lo que lo dice y su estilo lo que llama la atención. Pero por
alguna razón, este libro ha sido un bestseller. Y lo que me propongo no es
hacer un resumen del mismo. ¿Qué sentido tiene? Sino destacar por qué me parece
interesante AHORA echar un vistazo a esta obra para entender mejor el mundo en
el que vivimos.
Utilizo el formato pregunta-respuesta porque me parece que es el más directo para mis propósitos.
Así como antes, el Canguro se
enfrentaba a las preguntas de un tonto profesional que quería entender a
Piketty, aquí propongo lo mismo: que los lectores puedan presumir de haber leído
a Taleb sin ni siquiera abrir una página de su libro. Allá vamos.
¿Por qué es importante leer El cisne negro?
Esta obra lleva ya varios años en
el mercado pero no pierde vigencia. Creo que es importante leerla porque:
- Es fácil de leer. Es posible plantear asuntos
complejos con un lenguaje simple. Taleb lo logra.
- Es una obra total. Su crítica a los
expertos y a los gurús y a la forma en que gestionamos el conocimiento
hace que estemos hablando de un tratado filosófico aplicado a la vida
cotidiana. La vida económica, política y social es parte integrante de su análisis.
Interesará a los filósofos de la ciencia. A los economistas con un mínimo
sentido común y a los psicólogos que quieran entender el comportamiento del ser
humano. Me gusta cuando la filosofía trata del día a día de la gente.
- Es sarcástico e irónico. Una virtud importante
para tomarse con relajación estos asuntos.
- Hay una crítica muy fuerte a la concepción del
hombre racional y otorga mucha importancia a la psicología individual y a los
errores que cometemos al razonar.
- Está en contra de la excesiva teorización y del
uso de las matemáticas. Es escéptico y empírico. Para él, los experimentos son la base
del conocimiento.
- Defiende la duda en el conocimiento. Me encanta
la gente que duda. Yo soy un canguro dudoso y vacilo ante cada pensamiento que
tengo sobre la sociedad. Me gusta que alguien como Taleb nos recuerde lo
importante que es la duda en la búsqueda del conocimiento.
Ok. Me parecen poderosas razones. Pero cuéntame más. 400
páginas es mucho. Dime cómo concibe el mundo alguien como Taleb.
Su autor, a través de algunas
metáforas más o menos convincentes concibe dos mundos posibles: Mediocristán y
Extremistán.
En Mediocristán no hay hechos
inesperados y la regularidad de los eventos que se repiten en el tiempo hace
que se puedan hacer pequeñas predicciones acerca del mundo en el que vivimos.
En las sociedades primitivas los salvajes podían prever el tiempo que haría en
base a la experiencia pasada y esbozar alguna predicción acerca del futuro. Sin
embargo, Taleb afirma que cada vez más estamos vivimos en Extremistán, un mundo
en el que acontecen los Cisnes Negros.
Espera un momento: Explícame primero que es eso de Extremistán.
Tal como planteaba Piketty en su
libro, vivimos cada vez más la
desigualdad de ingresos entre los seres humanos. Las estrellas de cine, los
futbolistas, etc. ganan infinitamente más que el resto de los mortales. Además, lo hacen en muchísimo menos tiempo que antaño. La gente está dispuesta a pagar 13 euros por Shakira y no 1 euro por un
cantante desconocido. Es decir, el ganador se lleva toda la tarta. Así es como
lo plantea Taleb (evidentemente, el autor subestima el papel de la piratería.
Puede que incluso la violación de los derechos de autor haya sido un cisne
negro para la industria discográfica. Un efecto no deseado del abaratamiento de
la distribución de la música). En Extremistán los sucesos raros afectan de
forma poderosa los promedios. El crack del 29 es un ejemplo. Lo puede ser un
contagio tan fortuito que puede desencadenar una epidemia de por ejemplo…zika. En
el mundo de Extremistán se concentran aquellas profesiones ligadas a la
propiedad intelectual y las que tienen una narrativa detrás en donde el éxito se
concentra en unos pocos.
¿Pero…qué es un cisne negro para Taleb?
Un cisne negro es un evento:
- Altamente improbable
- Que causa un fuerte impacto cuando sucede.
- Y al cual se le otorga una explicación a posteriori
¿Puedes poner algún ejemplo? No me entero bien.
El autor pone algunos ejemplos más
que obvios. Los avances tecnológicos en buena medida. El surgimiento de
Internet. En el plano local, podría ser España como Campeona del Mundo en el Mundial de Fútbol, el triunfo de
PODEMOS en las pasadas europeas o el hecho de que Mauricio Macri sea presidente
en Argentina.
¿Estás hablando de eventos que no somos capaces de predecir
¿no?
Exactamente. No podemos
predecirlos porque no tenemos información completa y nuestra mente no es capaz
de adelantar escenarios futuros en base a la experiencia pasada. Simplemente no
somos capaces de entender el mundo y el error está en querer controlar el
conocimiento. No sabemos por qué suceden las cosas pero a menudo creemos que lo
sabemos.
¿Me quieres decir que no sabemos exactamente por qué surgen
nuevos partidos políticos o por qué se desata una guerra? Hay expertos hablando
todo el rato sobre el tema. Se han escrito libros. Las tertulias están llenas
de gurús explicándonos por qué PODEMOS ha surgido o por qué se desató la primavera árabe.
Es imposible saberlo. Y el
problema está en nosotros los seres humanos que estamos sedientos de una
narrativa. Necesitamos que alguien nos cuente un cuento todas las noches. Y hay
gente que está dispuesta a pagar por ello (“Nadie paga por una serie de números
estadísticos"). Taleb casi pone al mismo nivel a gurús y novelistas.
Suena un poco desolador. ¿No se salva nadie? ¿Todas las
profesiones necesitan una narrativa?
Taleb en este punto hace una
distinción muy importante. Hay profesiones que dependen de una narrativa para
sobrevivir. De una causalidad muy concreta. Es lo que nos han enseñado en la
universidad: que las cosas suceden por una razón. Ellos no las cuentan y
nosotros las repetimos. En efecto, Taleb carga contra el sistema universitario
con virulencia. El aboga por una vuelta al empirismo con la mínima teorización
posible.
O sea que, para Taleb, solo se salvan los médicos y los
carpinteros ¿no?
Imagino que los peluqueros y los
contables también. En concreto, hace una distinción muy clara al comienzo del
libro cuando un compañero de facultad le recomienda que se dedique a una
profesión en la que no tengas un techo salarial. Es decir, aquellas en las que
no dependas de las horas de trabajo que dediques a tu profesión. Es decir, si
eres peluquero y cobras 10 euros la hora, podrás trabajar 8 o 10 horas si
quieres, llegando a ganar, como mucho, 100 euros al día (que no está nada mal
aunque es probable que si eres peluquero cobres un sueldo mensual bastante por
debajo de los 10 euros hora). Pero aunque sea un gran sueldo, no serás rico ni
podrás ser millonario, para eso necesitas otro tipo de profesión. Una en la que
no dependas de la cantidad de horas que dediques al trabajo para sobrevivir.
Taleb se ensaña con los grandes banqueros con sus primas y sus pensiones
millonarias. Está claro que en este tipo de profesiones, la de los “expertos”, hay poca relación entre la cantidad de horas y el salario. Es justamente en ese
universo en el que hay más cisnes negros. Economía, política, arte. En efecto,
economistas, politólogos y sociólogos son las grandes profesiones de la
predicción.
Pero espera: si los economistas y politólogos pueden predecir
sucesos inesperados…¡ya no serán inesperados! Por lo menos para ellos.
Claro. Es imposible predecir un
evento que es inesperado. ¡Hay una contradicción en sí misma!! ¿Cómo puedes
predecir que vas a inventar Internet? Si tuvieras una idea en la cabeza, ya te
pondrías a ello. Eso es lo que plantea Taleb.
Hay quien dice que la ciencia ficción se ha
adelantado a ciertos acontecimientos…
Es verdad. Taleb no hace mención
a ese hecho pero está claro que los novelistas en algunos casos se han acercado
a determinados escenarios futuros…lo cual nos hace aún más replantear el papel
de los expertos.
¿Me estás diciendo que los expertos no existen?
Mañana te respondo. Ahora tengo
que ir a refrescarme un poco. Date un chapuzón y comete unas olivas a mi salud.
¡¡Ya puedes leer la segunda parte
acá!!
Etiquetas: azar, Cisne negro, Daniel Kahneman, incertidumbre, Karl Popper, racionalidad limitada, Taleb